¿Qué diferencias hay entre bótox y ácido hialurónico? ¿Es lo mismo?

Siempre pensando en que este sitio sea un instrumento de información profesional para quiénes entran en él voy a intentar aclarar algunas dudas, diferencias y semejanzas entre los dos productos más utilizados en las consultas de Estética: el Bótox y el Acido Hialurónico.

Las dudas respecto a ambos productos suelen ser muy habituales. Normalmente se suele caer en la falsa premisa de que ambos hacen lo mismo, solo que uno es más barato que otro. Sin embargo en este artículo podrás descubrir que las diferencias son claras.

¿Es lo mismo el Botox y el Ácido Hialurónico?

Lo primero que se debe entender es que son dos productos completamente diferentes tanto en su composición como en los efectos que producen cuando se aplican.

¿Qué es el Bótox?

A diferencia del ácido hialurónico, el Bótox no hace parte de nuestra composición corporal, sino que es una sustancia producida por una bacteria, Clostridium Botulinicum, que funciona disminuyendo la actividad de los músculos donde se aplica, causando una parálisis temporal de una intensidad y duración que tienen que ver con las dosis utilizadas. Este tipo de tratamiento se utiliza mucho en la Medicina Estética para el tratamiento de eliminación de arrugas de expresión. Este efecto, el de disminuir la actividad del músculo, es el que se aprovecha para mejorar la apariencia de las arrugas, especialmente las que se forman en la frente, el entrecejo y periocularmente (las famosas patas de gallo).

¿Qué es el Ácido Hialurónico?

El Ácido Hialurónico es una sustancia que se encuentra de manera natural en muchos de nuestros tejidos: piel, huesos, cartílago, etc.  Su disminución con el paso de los años se manifiesta mediante la aparición de arrugas y «descolgamiento» de los tejidos. Es allí donde aparece la importancia del ácido hialurónico, pues es el material más utilizado para rellenar surcos, espacios y arrugas que vienen con el tiempo. Con el ácido Hialurónico lo que hacemos es mejorar el aspecto de las arrugas haciendo un relleno de las mismas, además, remodelamos las zonas que van perdiendo sostén (tratamiento de la flacidez) y mejoramos el aspecto de la piel aprovechando la alta capacidad de hidratación que tiene.

Duración de los efectos

Con el Bótox no hay gran variación: en España disponemos de tres marcas y, con matices, cualquiera de ellas utilizada de manera correcta debe generar efectos que duren entre cuatro y seis meses.

Con el Ácido Hialurónico la situación es diferente. Existen diversas composiciones (reticulados con diferentes niveles de articulación y no reticulados) y muchísimas marcas, lo que supone la presencia en el mercado de productos que, aunque comparten el mismo nombre, son distintos en calidad. La finalidad para la que se utilice también determina la duración media del Ácido Hialurónico: los destinados a sostener, por ejemplo, en los puntos de lifting, duran más que los utilizados para, básicamente, hidratar. Así pues, el tiempo de duración oscila entre los cuatro meses y los dos años.

Riesgos

El Bótox es un producto cuya seguridad tranquiliza al médico que lo aplica y debería también tranquilizar al paciente. La aparición de reacciones alérgicas es muy baja y los eventos mortales son escasísimos. Obviamente, hay situaciones clínicas en las que está prohibido utilizarse, como en algunos trastornos neurológicos, pero la mayoría de adultos no tienen contraindicaciones para beneficiarse de sus efectos.

Con al Ácido Hialurónico la situación es diferente y se debe ser muy claro en indicarlo y hábil en aplicarlo porque pueden venir complicaciones. La más temida de ellas deriva de la posibilidad de aplicarlo dentro de un vaso sanguíneo y obstruirlo. Esto significa que a priori el riesgo es mayor que el del Bótox, pero solamente a la hora de aplicarlo. De resto es igual de seguro. Lo ideal, como siempre recomendamos, es que tanto el Bótox como el Ácido Hialurónico sean aplicados por profesionales expertos en la materia.

Conclusión

Como ven, Bótox y Ácido Hialurónico no son lo mismo, pero comparten el privilegio de ayudarnos a mejorar nuestra imagen y con ello nuestra autoconfianza. Pero aunque no sean lo mismo, debemos decir que son diferentes y complementarios entre sí.

Termino como siempre esperando que este artículo sea de utilidad. Estoy convencida de que una parte de nuestro trabajo médico radica en compartir el conocimiento y la ganancia, es una práctica médica con responsabilidad compartida entre pacientes y médicos.

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