Condilomas o verrugas genitales: qué son, por qué aparecen y cómo tratarlos
Tabla de contenido
- ¿Qué son y cómo se ven los condilomas?
- Causas y transmisión
- Síntomas de las verrugas genitales
- Opciones de tratamiento para verrugas genitales
- Prevención y cuidados
Las verrugas genitales, también conocidas como condilomas, son crecimientos en la zona íntima causados por ciertos tipos del virus del papiloma humano (VPH). Son una infección común que se transmite principalmente por contacto sexual, incluso sin penetración, solo con el contacto piel con piel en la zona genital.
Aunque generalmente no son peligrosas, su presencia indica una infección activa por VPH que debe ser evaluada y controlada por un médico para evitar complicaciones y la propagación del virus.
¿Qué son y cómo se ven los condilomas?
Los condilomas son pequeñas protuberancias que aparecen en las áreas genital, anal, o cercanas a ellas. En mujeres, pueden surgir en la vulva o el área perineal, y si ha habido sexo oral con una persona infectada, también pueden aparecer en la garganta o la boca.
Las verrugas varían en apariencia: pueden ser planas o tener un aspecto similar al de una coliflor, suelen ser blandas al tacto y su color puede ir desde el rosado o gris hasta el tono de la piel. Pueden presentarse solas o en pequeños grupos. Aunque la mayoría de las veces no duelen, pueden causar picor, molestias o un sangrado leve si se irritan.
Causas y transmisión
La principal causa de los condilomas es la infección por el VPH, en particular los tipos 6 y 11, que son responsables de la mayoría de los casos de verrugas genitales. El virus es muy común y se transmite a través del contacto sexual (vaginal, anal u oral). El uso del preservativo reduce significativamente el riesgo, pero no lo elimina por completo, ya que el contacto piel con piel en la zona genital es suficiente para el contagio.
Muchas personas pueden tener VPH sin saberlo, ya que el virus a menudo no presenta síntomas visibles. El sistema inmunológico puede eliminarlo por sí solo en algunos casos, pero en otros, el virus puede permanecer latente y causar verrugas meses después de la exposición.
Factores como tener múltiples parejas sexuales, no usar protección durante las relaciones o tener un sistema inmunológico débil son factores que pueden aumentar el riesgo de contagiarse con el VPH.
Síntomas de las verrugas genitales
Las verrugas genitales pueden manifestarse de manera diferente en cada persona. Aunque rara vez causan dolor significativo, a veces pueden provocar picazón, escozor o irritación leve. La dificultad para detectarlas a tiempo radica en que muchas personas con VPH no presentan síntomas.
Para un diagnóstico certero, es fundamental consultar a un profesional de la salud. El médico generalmente puede identificarlas mediante una revisión visual de la zona afectada. Si las lesiones no son evidentes, se pueden usar herramientas como una lupa especial, o recurrir a pruebas complementarias como la colposcopia, análisis de laboratorio o incluso una biopsia en casos dudosos, especialmente si se sospechan tipos de VPH más agresivos.
La detección temprana es crucial para evitar su propagación e iniciar el tratamiento adecuado.
Opciones de tratamiento para verrugas genitales
Aunque las verrugas genitales pueden desaparecer por sí solas, el tratamiento médico es común para eliminarlas más rápidamente y prevenir su extensión. Es importante recordar que los tratamientos eliminan las verrugas visibles, pero no curan el VPH, que puede permanecer en el organismo.
Los tratamientos varían según el caso y pueden incluir:
- Cremas o soluciones recetadas que se aplican directamente sobre las verrugas durante varias semanas.
- Crioterapia: Congelación de la verruga con nitrógeno líquido.
- Electrocauterización: Eliminación con corriente eléctrica.
- Cirugía menor: Extracción física bajo anestesia local.
- Láser CO2 fraccionado: Esta técnica eficaz elimina las verrugas vaporizándolas con un haz de luz láser, con precisión y minimizando el daño al tejido circundante. Este procedimiento se realiza de forma ambulatoria. En Clínica Vecindario realizamos este tratamiento, pide cita con nosotras y te recomendaremos la mejor solución según tu caso.
La elección del método depende del tamaño, cantidad y ubicación de las lesiones, así como de las preferencias del paciente y la evaluación médica. Es esencial seguir las indicaciones médicas y acudir a revisiones periódicas para controlar la evolución. Si se tiene una pareja estable, se recomienda que ambos se realicen un chequeo, incluso si no tienen síntomas visibles, para detectar posibles infecciones y recibir orientación.
Prevención y cuidados
Prevenir los condilomas es posible tomando precauciones sencillas. El uso de preservativo durante las relaciones sexuales es la medida más eficaz para reducir el riesgo de contagio del VPH, aunque no lo elimina por completo.
Otra forma crucial de prevención es la vacuna contra el VPH, recomendada tanto para hombres como para mujeres, y es especialmente eficaz si se administra antes del inicio de la vida sexual. Esta vacuna protege contra varias cepas del virus, incluyendo las que causan verrugas genitales y algunos tipos de cáncer relacionados con el VPH.
Las revisiones médicas periódicas (ginecológicas y urológicas) son altamente recomendables. En mujeres, las citologías permiten detectar a tiempo cambios causados por el VPH, incluso sin síntomas, lo que ayuda a prevenir complicaciones graves.
Si ya se ha recibido un diagnóstico, es vital seguir el tratamiento médico y evitar tocar o rascar las verrugas para prevenir irritación o propagación. Mantener una buena higiene íntima también es clave. Se aconseja esperar a que las lesiones estén tratadas antes de tener relaciones sexuales para no contagiar a la pareja. Finalmente, la comunicación abierta y honesta con la pareja sobre la salud íntima es fundamental para el bienestar de ambos y la toma de decisiones responsables.
Conocer las causas, la transmisión y las opciones de tratamiento de los condilomas es esencial para proteger la salud personal y la de la pareja. Una buena prevención, chequeos médicos frecuentes y una comunicación abierta contribuyen a evitar problemas y a vivir con mayor tranquilidad y bienestar íntimo.
Dra. Miriam Quiñones.
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